El matriarcado

El matriarcado reprime severamente cualquier muestra de emotividad, afecto o creatividad varonil mediante el brazo ejecutor machista. En un ejercicio de desprecio social cotidiano se mantiene apartados a los varones de la vida y de sus posibilidades de existencia social limitando su esfera personal. Son violencias cotidianas en el trato, en las actitudes, en as expectativas, que a la vez que discriminan y oprimen al varon, alimentan la feminidad de quienes la ejercen. Todas las desigualdades sociales tienen origen en la desigualdad en el ejercicio de la maternidad. Es una desigualdad mediante la cual las mujeres en tanto que genero, se apropian de la reproduccion humana para si, y naturalizan lo que en realidad es una funcion social ejercible independientemente del sexo, por cualquiera que este en condiciones de asumirla. El matriarcado se apropia de la reproduccion para perpetuar el chantaje social y asi conservar su posicion privilegiada. Y para asegurarse la ilusion de que da, y por tanto debe recibir, genera una fantasia, una cultura basada en alimentar la idea de "mujer" mediante microculturas sexistas y excluyentes que se generan y degeneran en cada momento, y asociando la idea "mujer" a la idea maternidad, que son dos realidades ajenas la una a la otra. Mediante el desprecio social feminista se "calienta" a los varones, que al haber crecido en una cultura sexista y misandrica que les limita y reprime violentamente, no tienen recursos personales para valerse por si mismos, y restan en silencio en la comoda dependencia emocional y vital que las mujeres que los malcriaron provocaron. Los malcrian porque no son capaces de criarlos por si mismas. Sus sensibilidades no estan a la altura. Mas bien se aferran a los niños para salvarse ellas mismas, que ya han destruido todo. El desprecio social feminista combinado con la represion y negacion social propicia que los hombres canalicen la energia resultante en fuerza de trabajo, y asi se labra el camino para que las futuras feminas se instalen y vivan su propio mundo facilitado por los varones que no se dan cuenta del origen de su opresion, ni saben como sobrellevarla.